Un agradecimiento

Imagen: de la web

A todas las personas que recibieron la invitación por vía electrónica, a todas las personas que escucharon la convocatoria por radio, a todas las personas que vieron las notas en los noticieros nacionales, a todas las personas que pasaron por el pabellón bicentenario en Corferias y se detuvieron a contemplar la pantalla de GangesMagdalena, a las personas que enviaron un mail con buena energía o estuvieron presentes en las redes sociales dando un aliento, a la gente de prensa que cubrió con integridad y buen tino los movimientos de la feria, a todas las personas que por razones de tiempo no pudieron asistir a la lectura del poema, a todas las personas que pasaron por este blog, gracias inmensas por el cariño, la energía y el acompañamiento, virtual y presencial durante los 11 días que GangesMagdalena estuvo presente en la XXIII Feria Internacional del Libro de Bogotá..

La experiencia fue inolvidable. Dejó enseñanzas y puertas abiertas a futuro. También dejó mucho crecimiento personal dados los acontecimientos que se presentaron a lo largo de estos once largos días: nuevos caminos, nuevas posibilidades, y la confirmación de que el camino elegido hace tantos años es el correcto.

Debo confesar que fue uno de los momentos que mejor y más intensamente he preparado. No recordaba tal nivel desde hacía unos cuatro años, por lo menos, cuando con un grupo de poetas preparábamos performances que luego realizábamos en el museo de arte moderno de Bogotá, en el museo Nacional de Colombia o en los pasillos de la Universidad Nacional.

Fueron jornadas de noches y días poniendo a prueba cada palabra, cada sonido, recreando cada imagen, con el propósito de transformar las notas de un diario de viaje en un poema épico que testimoniara lo que se vió y lo que se vivió a lo largo del cauce del Magdalena.

Y el día que hice la primera lectura, ante un auditorio de cuatro personas que habían llegado, motivadas por el microno abierto y la lectura que había iniciado con un saludo al vacío, fue sensacional. Cada uno de los momentos previos, los trasnochos, los sinsabores, se fueron al continuar una a una las estaciones del gran poema que escribí.

Y algo quedó de todo ello. Un agradecimiento profundo por estar, por primera vez, en la Feria del Libro de Bogotá, presentando ese viaje que tanto significó para mi. Luego vinieron los días, frente a la multimedia, contando, como si fuera la primera vez, el valor de la travesía. Reviviendo, a través de la oralidad, lo que motivó a la escritura y lo que quedó de la vivencia.

Es por esta razón que dejo esta nota en un cuaderno en blanco porque ningún camino se detiene, y mucho menos este que emprendí hace un año en los cauces del río magdalena.

De nuevo, gracias.

23 de agosto de 2010

19.17

Biblioteca Virgilio Barco

 




¡Hágase el baile, comience el dialogar de los cantos! No es aquí nuestra casa, no viviremos aquí, tú de igual modo tendrás que marcharte. Nezahualcóyotl
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