sábado, septiembre 24, 2005

Claroscuro de la llamarada


1.

Y ahora te percibo cercana
a través de este calor que confirma
lo bello y simple de este sentimiento
No temo la noche o la triste calle
estás ahora llamando mi cuerpo
me entrelazo así
para que nazcan los colores .

2.
Llegas rumor
Advienes aurora
Invocas llama
Desciendes estela
Mandala
Bello cuerpo
Agua absorvida por arena
3.
Bendigo tus senos
Bendigo los colores
Bendigo la respiración
Bendigo tus rubíes
Arremeto
Gracia de estar
Suspiro profano
Restos de una lengua
Un estremecimiento convoca
El amanecer
4.

Llamarada
Arcano fulgor de la esmeralda
Orquídea que tiembla
Cauce de una luz olvidada
5.
Vorágine lasciva
Entre verde y triste
Llama el desasosiego
La voluntad de la sirena
Para consagrar
Una constatación ansiosa
6.
Secreto ajeno al tumulto
Necesidad de la danza
Invocación profana
Cuerpo abriéndose
Dos reptiles reptando
Juego que no cesa
7.
Te busco
Asciendo
Sinuoso
Deseo ser
Llama perpétua
Soy largo borde de un desfiladero
Repto
En la sombra melancólica del abismo que oteo
Estas escamas conservan
El resplandor de una gran explosión
La última que aún estremece
Y del volcán
Es el centro
Bogotá, 1 de septiembre de 2004
Nota bene:
Claroscuro de la llamarada hace parte de un libro cuyo título, muy tentativo y obsesivo, es Orgía de la palabra que llamea, que publicaré a finales de este año. Gustav Klimt es otra obsesión, como Robert Johnson o William Burroughs: siempre que contemplo alguna de sus imagenes, percibo que todos los misterios vuelven a combinarse para abrirse en un amanecer de visos naranjas.
Derechos reservados de autor.

1 comentario:

  1. Anónimo4:16 p.m.

    te felicito, me parece que tus palabras estan cargadas de verdad, por el momento no tengo mucha inspiracion pues estoy en la U , de todos modos me siento muy orgullosa de usted, hermanito.

    ResponderBorrar

Gracias por tu comentario. Te invito a que disfrutes más contenidos de este blog y te suscribas a la lista.
Namaste.