Rictus de la arena
La vida es una dicha
Sencilla y cierta
Como esta palabra que fluye de tu boca
O como el beso que otorgas sin pedido alguno del implicado
O la tarde cayendo sobre tus hombros
Frente al cielo
Antes de tu viaje hacia el arco íris.
Mágico don
Quien recibe la vida
Es ajeno a la magnitud del don
Y se abandona a la indolencia
A ocupar momentáneamente un cuerpo
A desgranar certezas en las palabras.
Pobres, ignorantes
Que de bulto arremeten contra el viento
Porque el oxígeno acaba
Y se hace necesario parcelarlo
Para obtener un privilegio.
Mi dicha es tu sombra.
Rictus de la arena al borrar tus pasos.
Te marca el ritmo en la caminata
Te orienta en la caída
Para que el golpe sea inolvidable.
Te zanja
Te abre
Y sólo allí
- Cuando murmuras como el río-
Sientes que todo guarece un sentido
Y es simultáneo.
Que tu casa es el cuerpo
Y tu cabeza la dicha rememorada
...Y el silencio,
La lluvia
Y la muerte de flámeos cabellos.
Julio 10/2006
lunes, julio 10, 2006
Dibujo de los cuerpos II
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