FlammeBuch 2.0 : La Destrucción

Querido Scott ,

La isla se movió :

no puedo asegurar con exactitud en qué momento ocurrió todo ,
pero recuerdo
la inminente de angustia que movió a los animales ,
por ejemplo ,


o


la desesperanza de los supervivientes por encontrar
-aquí más que en ninguna parte-
un lugar seguro en donde refugiarse
en este espacio de vorágine


y

soledad .

Fue un solo movimiento de la placa tectónica que subyace bajo esta isla ,

en la profundidad abisal ,

luego el plegado , la vibración electromagnética , las nubes

tornasoladas ,

y después ,

el silencio... el desplazamiento...
la desaparición .

Todo lo que recuerdo ,
todo lo que creí saber sobre la ciencia del hombre ,
después del movimiento,
cambió .

Ahora ,

desde la constelada fragilidad de l cielo ,


siento que la causa de Todo


e s


la Belleza ,

la Elegancia ,

la Sencillez


-como la sinuosidad aerodinámica del universo que nos alberga-

todo tan justo,
tan recto,
tan delicado,
que fui cegado e n e l mismo momento del desplazamiento ,
pero no temí , por el contrario ,
me quedé quieto ,

enlazándome a través del movimiento a la tierra: recuerdo cómo todo se contrajo
y la luz circundante comenzó a parpadear

y

mientras me contraía

ví como la naturaleza misma seguía el patrón del universo de una suave forma
en la que tú y yo nos remitíamos a las formas básicas de Todo

para luego desaparecer

bajo un treno
que por su misma gravedad
fue el clamor d e l tiempo
devorándose a sí mismo .

Cuando desperté
el silencio que rebasa cualquier entendimiento
me indicó que los temores que limitan
cualquier comunión con el universo
habían
desaparecido .

En algún punto, Scott, olvidé lo que fuí.

Era, ahora.

Y mi sorpresa no menguaba

al sentirme en Todo como si hubiera descubierto que el universo se encontrara

en una asimilación perfecta con mis sentidos, con mi mente, con mis palabras :

no

no era

el manido truco de la mirada


sino la absoluta grandeza de estar ,


de ser melopéia y colisión,

de ser espacio contenedor y ser nada

en un solo latir

.


Sí, somos río y planicie en la extrañeza del ser, más osados que el amor,
poderosamente gozosos más allá del confinamiento espiritual y del condicionamiento espacial

tanto

que ya no estoy aquí contigo,
tanto

que solo pongo un nombre para

hacerte figura, cuerpo, historia ,

para

conversar contigo mientras -aún con los ojos cerrados y la risa aún sin esbozar en
el rostro imperturbable del origen ,

te remontas al mundo para buscar

sin tener en claro aún el motivo la razón que propele

la causa oculta

que después cuando abras los ojos tendrá

toda la angustia que imprimimos en la búsqueda aciaga


de nuestra

isla




ese hogar, el arcano.

¡Hágase el baile,
comience el dialogar de los cantos!

No es aquí nuestra casa,
no viviremos aquí,
tú de igual modo tendrás que marcharte.


Nezahualcóyotl